La serie ha sido aclamada por su fidelidad al material original, su calidad de producción y su relevancia temática. Con una calificación del 94 % en Rotten Tomatoes, se ha convertido en un fenómeno internacional, alcanzando el tercer lugar en el ranking global de Netflix.
Fue filmada en Buenos Aires entre mayo y diciembre de 2023, utilizando más de 35 locaciones reales y 25 escenarios diseñados con tecnología de Virtual Production. Este enfoque permitió recrear la atmósfera apocalíptica de la historia con un realismo sin precedentes. La producción estuvo a cargo de K&S Films, responsables de éxitos como Relatos salvajes y El Clan. El equipo técnico incluyó a Gastón Girod en la dirección de fotografía, Patricia Conta en vestuario y Federico Jusid en la música original.
Más allá de su impacto visual y narrativo, El Eternauta ha sido interpretada como una metáfora de la resistencia frente a la opresión. La serie de Netflix busca preservar este mensaje, adaptándolo a un nuevo formato sin perder la esencia de la obra original. El nieto del autor, Martín M. Oesterheld, ha trabajado como consultor creativo junto a un equipo de guionistas liderado por Bruno Stagnaro y Ariel Staltari, asegurando una adaptación fiel al cómic.
El Eternauta es una adaptación sobresaliente que honra la obra original mientras introduce a nuevas generaciones en una historia de resistencia, solidaridad y supervivencia. Su éxito internacional demuestra que las narrativas locales pueden resonar globalmente cuando se tratan con respeto y calidad.
Una historia con resonancia universal
La trama de El Eternauta se sitúa en una Buenos Aires asediada por una invasión extraterrestre que utiliza una misteriosa y mortal nevada como arma para exterminar a la población. El protagonista, Juan Salvo —interpretado por Ricardo Darín en un papel potente y cargado de humanidad—, es un hombre común que, junto a su familia y un grupo de vecinos, se ve obligado a resistir y sobrevivir en medio del caos. La historia, aunque fantástica en su superficie, es profundamente metafórica: representa la lucha colectiva, la resistencia frente a lo invisible y opresivo, y la fuerza de la solidaridad como único camino posible.
A diferencia de otras narrativas apocalípticas dominadas por héroes solitarios o soluciones milagrosas, El Eternauta se destaca por poner en el centro a un grupo de personas comunes que enfrentan el horror con ingenio, cooperación y principios. Esta visión, heredada directamente del pensamiento de Oesterheld, se respeta con fidelidad en la serie y le otorga una dimensión ética que trasciende lo meramente narrativo.
Producción y dirección de alto nivel
La serie fue dirigida por Bruno Stagnaro (Okupas, Pizza, birra, faso) y producida por K&S Films, quienes apostaron por una estética que combina realismo con elementos visuales de ciencia ficción contemporánea. La recreación de Buenos Aires bajo una amenaza invisible es uno de los mayores logros técnicos de la serie: los efectos visuales, la nieve letal, las criaturas alienígenas y los paisajes devastados se integran con naturalidad, sin eclipsar la historia.
La fotografía de Gastón Girod y el diseño de producción hacen un trabajo excepcional en capturar la atmósfera de encierro, incertidumbre y tensión constante. A nivel sonoro, la música original de Federico Jusid acompaña con sobriedad y dramatismo, reforzando la carga emocional de la narrativa sin sobrecargarla.
Un aspecto notable es el uso de tecnología de producción virtual, que permitió recrear escenarios complejos sin perder realismo. Más de 35 locaciones en Buenos Aires y 25 sets interiores fueron utilizados, destacando el compromiso de la producción con el nivel de detalle.
Relevancia histórica y política
Uno de los puntos más importantes de El Eternauta es su dimensión simbólica. La obra original fue escrita en un contexto de creciente autoritarismo en Argentina, y su autor —Héctor Germán Oesterheld— fue desaparecido por la dictadura militar en 1977, lo que otorgó a la historieta un valor político adicional. La serie no evade esta carga simbólica, sino que la abraza: es una historia de resistencia frente a fuerzas deshumanizadas, una metáfora de la represión estatal, la injusticia y el valor de los lazos comunitarios.
La adaptación respeta este legado y, sin forzar referencias explícitas, lo hace sentir en el tono general de la serie. La figura de Juan Salvo como el hombre común que toma conciencia de la importancia de lo colectivo es, quizás, más vigente que nunca.